El inconsciente colectivo, según RAW (Robert Anton Wilson)

Ya no sólo la derecha es conservadora. También toda la izquierda es conservadora. Los liberales y la izquierda radical han quedado atrás.
– P.M. Esfandiary, Upwingers

El sexto circuito del cerebro entra en acción cuando el sistema nervioso comienza a recibir señales desde el interior de las neuronas (del “diálogo”, ARN-ADN) es decir, del sistema de retroalimentación neurogenética.

Todo el sistema nervioso, incluyendo el cerebro, ha sido diseñado como el resto del cuerpo, por el “código” en las moléculas de ADN, que envía señales a través de moléculas de ARN diciéndole al organismo lo que debe hacer: producir pelo rojo, tener ojos azules. Ponerse de pie y caminar. Empezar a hablar. Encontrar a un compañero. Etc. Toda nuestra mente (nuestro hardware y software cerebral) existen dentro del perímetro de este mandato del ADN.

Con la conciencia neurogenética, estos archivos de ADN se vuelven accesibles a la exploración del cerebro, mientras esté despierto. (Están siempre accesibles, como arquetipos del ” inconsciente colectivo” de Jung, durante el sueño.)
El primero en alcanzar la conciencia neurogenética, hace unos pocos miles de años, habló de “recuerdos de vidas pasadas”, “reencarnación”, “inmortalidad”, etc. Estos adeptos neurológicos hablaban de algo real, en el mejor lenguaje de su época, y podemos notarlo por el hecho de que muchos de ellos (sobre todo hindúes y sufíes) hablaron de visiones poéticas maravillosamente precisas milenios antes que Darwin y previeron al Superhombre antes que Nietzsche.

Los griegos llamaban a esto “la visión de Pan,” los chinos “el gran Tao, “los hindúes “conciencia de Atman”. Los numinosos, horribles y sublimes “Dioses”, “Diosas” y “demonios” que aparecen en las etapas iniciales de este despertar son “Arquetipos del inconsciente colectivo” de Jung y son reconocidos como “Vencedores del sueño” por los primitivos, como “los Sidde” por las brujas y por otros nombres en un millar de tradiciones populares.

Gurdjieff llama a este circuito el Centro Emocional Superior.

Los “registros akáshicos” de la Teosofía, el “inconsciente filogenético” del Dr. Stanislaus Grof, la” hipótesis Gaia “de los biólogos Margulis y Lovelock (que sostiene que la la biosfera del planeta es un organismo inteligente) son tres metáforas modernas de este circuito. Las visiones de la evolución pasada y futura son descritas por los que han tenido experiencias trans-temporales cercanas a la muerte o de traumas por “muerte clínica”, ellos describen la realidad -túnel neurogenética del circuito VI.

Los ejercicios específicos para activar improntas neurogenéticas no se encuentran en las enseñanzas del yoga; sino que suele suceder, que después de muchos años de experiencia en la clase avanzada de yoga, se desarrolla el éxtasis neurosomático del V Circuito. Dosis grandes de LSD, por supuesto, siempre gatillan visiones neurogenéticas temporales.
El circuito neurogenético está mejor considerado, en términos de la ciencia actual, como los archivos genéticos activados por excitación de las proteínas anti-histonas del ADN, que guardan recuerdos de los albores de la vida y que contienen también los mapas genéticos para el futuro de la evolución.

“Yo soy el que fue, es y será,” es una frase del Libro Egipcio de los Muertos, escrita en jeroglíficos y escrita posteriormente (por su propia mano) en el escritorio donde Beethoven compuso la Novena Sinfonía y todas sus obras tardías, su música evolucionista, que traspasa eones. Uno podría pensar, y también por la música en sí, que Beethoven había despertado el circuito neurogenético.
Aquí habitan arquetipos primordiales, mucho más antiguos que el lenguaje.

Oversoul, alma desbordada

La conciencia del Circuito VI neurogenético te permite “conversar” con el Arquitecto que diseñó la evolución de tu cuerpo (y el de miles y miles de millones de millones de otras personas desde los albores de la vida hace alrededor de 3-4 millones de años). Este “Arquitecto” es el mayor diseñador de este planeta, como Bucky Fuller ha comentado a menudo. Ningún arquitecto humano ha igualado su eficiencia o su estética en productos como las rosas, los huevos, las colonias de insectos, los peces, etc.

Ella (o él) puede ser personificada en términos modernos como la Madre ADN o el Padre ácido nucleico. El racionalista inmediatamente rechazará tales personificaciones, sin embargo, es ineludible para todos los que han buscado al Arquitecto en el Circuito III darse cuenta que tal cosa no es legítima, porque Él o Ella es inconciente. La refutación, propuesta por todos los adeptos del VI Circuito en todas las culturas y todas las edades, es que Ella o Él no es inconsciente sino que está intoxicada, en una intoxicación divina.