El Sonido VI: Cuencos Tibetanos.

Introducción histórica.

Las rutas de caravanas de Asia no sólo transportaban mercancías para comerciar, sino que también servían para la difusión de conocimientos y religiones. Los shamanes viajaron al sur por Mongolia y el Budismo cruzó los Himalayas desde la India al norte. El shamanismo y el Budismo se vinieron a encontrar en el Tíbet.

La religión original del Tíbet fue la religión shamanística-han mística Bón. En el siglo VII d.C. el famoso rey Srongtsen (o nombre completo Srong Btsan) Gampo se casó con dos princesas, una del Nepal y la otra de China. Ambas mujeres eran budistas devotas. Poco a poco, se desarrollaron otros dos nuevos movimientos: el Lamaísmo, que es budista esencialmente, y que revela influencias Bón muy fuertes; y por otro lado la religión Bön, que es actualmente una especie de rama shamanística del Budismo.

Ambas ramas del Budismo Tibetano hacen un uso intensivo del sonido en sus rituales y meditaciones. Pero si le preguntas a un viajante del Himalaya si ha escuchado alguna vez cuencos tibetanos cantores en un monasterio, o si preguntas a un tibetano si los cuencos que conocemos como cuencos tibetanos cantores son, o han sido en algún momento utilizados como cuencos cantores la respuesta será siempre negativa. Existen cuencos de metal redondos en fotografías de interiores de templos, y son exactamente iguales a nuestros cuencos cantores; pero estos cuencos se usan como platos para sacrificios. Muchos viajantes regresaron del Nepal con un número abundante de cuencos color dorado que se utilizan para comer. Pero si sólo se trata de platos para ofrendas y de cuencos para comer ¿por qué ese sonido? ¿Y quién los fabricó así? Hay varias versiones sobre quién hizo los cuencos tibetanos cantores, pero todas apuntan a la tradición shamanística.

En primer lugar, hubo una casta de herreros viajantes que también los sitúa en esta tradición. ¿Fabricaron los herreros del metal estos cuencos por propia iniciativa, o se les encargó fabricarlos? ¿Fueron monjes los clientes que poseían el conocimiento requerido para de terminar la proporción de metales diferentes para conseguir el resultado deseado? Las aleaciones del metal debieron ser llevadas a cabo utilizando un proceso muy especial que las técnicas modernas son aún incapaces de reproducir… Hay también una teoría que dice que fueron los mismos monjes los que trabajaron el metal y fabricaron los cuencos.

Otra explicación es que muchos cuencos tibetanos cantores eran platos para sacrificios u ofrendas, y eran muy comunes en los monasterios tibetanos. El hecho de que tengan un sonido especial se debe a que una ofrenda hecha en un plato para sacrificios debe ser armónica en todos los sentidos. Por ello, los platos deben tener un sonido puro aunque nunca se golpeen con fuerza. Esto no significa que los cuencos no fueran utilizados como recipientes para comer también. Es posible que las aleaciones de los cuencos suplieran potencias homeopáticas de minerales esenciales de una dieta. Por ejemplo, una mujer que acabara de tener un hijo comería en uno de estos cuencos durante un mes entero.

Pero, si los cuencos estaban hechos realmente por herreros del metal o shamanes nómadas, y si se utilizaban en monasterios a puertas cerradas, entonces hay buenas razones para que todos guarden silencio sobre su uso shamanístico y de cantos y para responder a las preguntas con un «no lo sé» o restarles importancia calificándolos de «cuencos para comer». El Budismo es la religión dominante en el Himalaya, donde se encontraron estos cuencos. Los «cuencos tibetanos cantores» no se utilizan en los rituales budistas «oficiales». Nadie admitiría abiertamente que poseen estos objetos que implican la práctica de rituales shamanísticos. Durante siglos incluso la gente de países cristianos ha tenido que ocultar el hecho de que utilizan rituales precristianos todavía. Pero todos necesitamos recipientes en los que comer, así que uno puede comprarlos en todo momento abiertamente y colocarle en su casa para usarlos. No importa para lo que fueron utilizados.

Antecesores de los cuencos.

En Asia, el uso de objetos sonoros es muy antiguo. Por ejemplo, los emperadores chinos tenían derecho a las «piedras sonoras» más hermosas piedras duras, como el jade, que producen un sonido vibrante cuando se las golpea. El primer gran emperador reinó desde e12.000 a.C. Existen documentos de una cultura de la Edad de Bronce en China por el año 1.600 a.C., y hallazgos arqueológicos del norte de Tailandia sugieren que el bronce su usaba ya allí unos 2.000 años antes. Dichos descubrimientos sólo muestran que se fabricaban artículos de bronce desde tan temprano, pero únicamente cuando se encuentren objetos más antiguos será posible decir con cuanta anterioridad en la historia se ha trabajado el bronce. Está claro que en el siglo VI a.C. China estaba muy avanzada en la manufactura de aleaciones de metal y en los trabajos con metales, con los que hacían campanas perfectamente templadas. Es difícil decir cuantas de estas campanas se fabricaron antes de esa fecha, hasta que nuevos descubrimientos nos lo permitan. Es obvio que ninguna cultura pueda repentinamente, de un día para otro, fabricar una campana templada que pese más de 45 Kg., dejando atrás una campana que produce dos tonos puros diferentes, dependiendo del lugar donde se la golpee. Debe haber una historia anterior. El estudio del sonido y los efectos de las vibraciones estaba tan avanzado en el siglo V a.C. que los llamados «cuencos fuentes» se hicieron en ese tiempo. Estos cuencos de bronce tienen unas formas y dimensiones muy específicas. Cuando uno de estos cuencos se llena con la cantidad de agua necesaria y las asas pegadas a un lado del cuenco se frotan de una forma determinada con la palma de la mano, una fuente de agua fluye, y se produce un sonido parecido a un canturreo. Los cuencos se utilizan todavía en Japón, por ejemplo, como campanas que reposan en el templo, pero sin el badajo. Están fabricadas con una aleación de un metal negro producen un sonido corto y más bien «seco». El sonido cantor de la aleación de varios metales se ha usado intensivamente en muchos gongos diferentes encontrados en Asia. El descubrimiento de que los objetos de metal producen sonidos se realizó en todo el mundo, y con toda seguridad, los cuencos pequeños de metal y con forma de casco se conocían ya en el 1.100 a.C.

Fabricación.

Los cuencos tibetanos son unos cuencos metálicos que están realizados artesanalmente en una aleación de varios metales.  Originalmente son siete metales sagrados; oro, plata, mercurio, cobre, hierro, estaño y plomo y tienen una forma y un temple especiales que les permite sonar al ser frotados en su borde con una vaqueta de madera. Producen una gama de sonidos armónicos o sobretonos (un sonido fundamental del cual se desprenden otros más agudos que guardan una relación armónica entre sí) y tienen una sonoridad que perdura por largo tiempo expandiéndose por todo el ambiente, cambiando la vibración de su entorno.

Vibraciones en el agua contenida en un cuenco.

Terapia con cuencos.

Es un masaje sonoro realizado con estos instrumentos metálicos. Se utilizan golpeándolos o frotándolos con una baqueta y producen un sonido cargado de armónicos de naturaleza sanadora. El paciente se estira en una camilla, cierra los ojos, y exclusivamente se concentra en el sonido que produce el terapeuta al tocar los cuencos tibetanos.

Como he comentado en anteriores ocasiones, toda terapia basada en el sonido, se basa en el principio de resonancia (capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia), por el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante o no saludable.

Los grandes expertos en terapia de sonido ya han descubierto científicamente que mediante el sonido se puede conseguir la auto-destrucción de las células cancerosas y la curación de infinidad de enfermedades.

  • Los cuencos tibetanos son instrumentos de curación, sanación, relajación y meditación, ayudándonos a establecer una vibración saludable en todo nuestro organismo, tanto a nivel físico, mental o psicológico, emocional y espiritualmente.
  • Son un medio maravilloso para equilibrar los chackras y cambiar la conciencia desde un estado alterado de ansiedad y estrés hacia un estado de paz, relajación y serenidad, induciendo estados de sanación espontánea y estados místicos y elevando nuestra frecuencia vibratoria.
  • Las personas que han experimentado un masaje sónico con cuencos tibetanos experimentan grandes cambios, mayor claridad mental, aumento de la creatividad, mayor concentración, mayor visión de futuro y una gran sensación de paz. El resultado es un individuo más productivo, más centrado, más feliz, más sereno, más equilibrado, más en paz consigo mismo.
  • Existe un espacio de paz en nuestro interior y los cuencos tibetanos nos ayudan a entrar en él, nos ayudan a resonar con nuestra verdadera conciencia o yo superior y con ese sentimiento de paz y serenidad que todos llevamos dentro.
  • Hace que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis; calma la mente y con ello el cuerpo y tiene efectos emocionales que influyen en los neuro-transmisores y los neuro-péptidos, que a su vez ayudarán a regular el sistema inmunitario, el sanador que llevamos dentro.

Lorenzo Cerezo – Concierto

El Sonido V: Didgeridoo.

El didgeridoo,»didjeridu»o diyiridú, es un instrumento ancestral utilizado por los aborígenes de Australia. Su estructura es básicamente un tubo de madera en el cual se introducen los labios por la abertura superior y se hace vibrar emitiendo un sonido característico.

Según algunas pinturas rupestres en las cuales se encontró este instrumento dibujado, se calcula que tiene nada más y nada menos que 20 mil años de antigüedad, aunque los aborígenes dicen que tiene unos 40 mil. El término didgeridoo no es de procedencia aborigen, sino que este nombre se lo pusieron los europeos en sus primeras visitas a la isla australiana. Los aborígenes australianos constan con decenas de dialectos en los cuales se nombra a este instrumento con diferentes términos como yidaki, ginjungarg, eboro, djalupu, maluk, etc.

El didjeridu está estrechamente ligado a la existencia espiritual de los aborígenes. Su principal función es la de acompañar un baile y a un cantante, sirviendo como instrumento de acompañamiento, así como marcando el tiempo para el ritmo de las canciones.

El árbol del que normalmente se construye un yidaki, es el “Stringy bark” (eucaliptus tetradonta) o «Gadayka» (en lengua Yolngu del noreste de Tierra de Arnhem), agujereado naturalmente por las termitas, que se comen la parte central del tronco. Usualmente, mide entre 6 y 12,5 cm de diámetro, y su largo puede variar desde aproximadamente 80 centímetros hasta dos metros o más. El largo del instrumento determina la gravedad de su sonido (mientras más largo más grave suena ). Algunos presentan un ensanchamiento en su boca inferior, semejante a una trompeta. Muchas veces, la boca superior, por la cual se sopla, presenta una cubierta de cera de abejas para prevenir la irritación de los labios a causa del roce.

Una de sus particularidades es que se puede tocar durante un tiempo ilimitado mediante una técnica denominada respiración circular, que consiste en mantener continuamente una cierta presión de aire en la boca, inhalando aire por las fosas nasales. Las connotaciones arcaicas y el sonido característico del didgeridoo lo convierten en un instrumento óptimo para la musicoterapia, tanto para el que toca –que puede utilizarlo como instrumento para guiar sus meditaciones, al tener que observar constantemente el sistema respiratorio–, como para el que escucha, y pueden inducir a estados de relajación profunda.

Existen muchos tipos , así como procesos rítmicos, según los clanes. En el Noreste de Tierra de Arnhem, los yidaki tienden a ser más largos, por lo que la nota será más grave, cuanto más al oeste nos vayamos, más cortos y más agudos serán los yidaki. En el oeste de Tierra de Arnhem el yidaki se conoce como «Mago». El yidaki tiene su propio lenguaje, en el que la lengua cumple el papel más importante a la hora de transformar el aire en sonidos. Juega un papel muy importante en las ceremonias de los hombres, pero también es usado como instrumento popular para el divertimento de niños y mujeres. Las canciones pueden dividirse entre formales e informales.

El didgeridoo se ha vuelto medianamente conocido como instrumento en la música popular, desde que la banda inglesa Jamiroquai (de acid jazz) incluyera en sus primeros discos, participaciones de didgeridoo (en canciones como When You Gonna Learn? o Journey To Arnhemland), a cargo de Wallice Buchanan.


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